La gestión sostenible de las materias primas debe tender a los siguientes objetivos:
1. Evitar el extractivismo salvaje: explotaciones ilegales, abusivas o agresivas con el medio ambiente.
2. Luchas contra la explotación de las personas: trabajo semi-esclavo, trabajo infantil, etc.

Chico Mendes fue asesinado en 1988 por defender los derechos de los seringueiros y la selva.

Garimpo de Serra Pelada. Foto del gran fotógrafo brasileño Sebastião Salgado.
3. Minimizar el impacto negativo: la obtención de petróleo con el "fracking" o la explotación de arenas bituminosas lo maximiza (el petróleo, además de combustible, es materia prima para los plásticos y para la industria química y farmacéutica).
Arenas bituminosas de Alberta (Canadá).
Para cumplir los objetivos anteriores, existen diferentes estrategias de gestión:
1. Creación de reservas extractivistas sostenibles, como las que se han creado en la Amazonia:
2. Promover el sindicalismo de los trabajadores del campo para que defiendan sus derechos y promover los productos de agricultura biológica, como el algodón orgánico, y de comercio justo.
3. Crear ecoetiquetas que certifiquen la explotación sostenible de los recursos, como la FSC:

FSC España (Forest Stewardship Council)
4. Realizar controles sobre las condiciones de salubridad de las explotaciones, especialmente de la salud laboral de los mineros y de los trabajadores agrícolas que aplican pesticidas, como el glifosfato, producto cancerígeno muy utilizado en Portugal:
5. Establecer protocolos estrictos de importación y exportación, tomar medidas proteccionistas contra la globalización y los tratados de libre comercio, como el TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership).
6. Realizar evaluaciones de impacto ambiental para las grandes exploraciones, o para la apertura de una mina o cantera.
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