situaciones, es decir, sean competentes científicamente, es absolutamente imprescindible que “hablen y escriban”
ciencia. Del mismo modo que para ser competente en un idioma es necesario hablarlo, para aprender ciencia, es
necesario “hablarla” (Mª Jesús Martín-Díaz). Lo que sigue es un resumen del artículo de esta profesora del IES Jorge Manrique de Tres Cantos (Madrid) publicado en el último número de la revista Eureka para la Enseñanza y Divulgación de las Ciencias, editada en formato digital por la Universidad de Cádiz: http://reuredc.uca.es/index.
Hablar y escribir (lenguaje oral y escrito) sirven, además de para comunicarnos, para darle forma a nuestro pensamiento, es decir, estructurarlo. Una excelente idea para clarificar nuestras ideas ante un examen es ponerlas por escrito: resumirlas o esquematizarlas, tal vez, dibujarlas. Hablar y escribir son fundamentales en el aprendizaje de cualquier materia, incluidas las ciencias de la naturaleza. No basta con escuchar, leer y ver dibujos, cualquiera que quiera mejorar su competencia de conocimiento del medio físico, debe simultáneamente practicar y mejorar su competencia lingüística, no sólo en su vertiente de comprensión, sino también de expresión, oral y escrita, así como saber expresarse en lenguaje gráfico: el alumnado debe aprender a plasmar mediante dibujos o esquemas los problemas de física, química, genética o los conocimientos de biología y geología, por ejemplo, mediante la interpretación y elaboración de cortes geológicos.
Puede ser conveniente, al comenzar un tema, que el alumnado se distribuya en pequeños grupos para verbalizar, tomando notas, sus concepciones previas y preguntas que se les ocurran sobre el tema, siempre que estén medianamente familiarizados con él. Los diálogos entre alumno y profesor constituyen el punto central de la calidad del aprendizaje.
En nuestras asignaturas, los alumnos deben aprender un nuevo vocabulario pero también una nueva semántica (frases con sentido utilizando el vocabulario científico), por lo que una buena manera de medir el grado de comprensión y aprendizaje de un tema son las típicas actividades de construir frases coherentes a partir de una lista de términos científicos estudiados en el tema correspondiente así como las de definir varios términos.
Desarrollar la competencia oral en la clase de ciencias depende de:
a) La dificultad de los conceptos.
b) Las formas de interacción en el aula (monólogos, tipos de diálogos).
Es fundamental verbalizar para comprender.
El profesor no siempre enseña a hablar ciencia. Para ello es necesario dejar que los alumnos se expresen oralmente. No sólo al principio y al final del tema sino durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para desarrollar la competencia oral se pueden emplear las siguientes estrategias:
1) Elaboración de mapas conceptuales y explicarlos en la pizarra.
2) Explicar la resolución del ejercicio o problema (no darlo por correcto si no se sabe explicar).
3) Revisión periódica del cuaderno, valorando positivamente la presencia de resúmenes y mapas conceptuales elaborados por el propio alumno.
Como lo que no se evalúa, el alumno no lo valora, hay que puntuar en los exámenes, cuadernos y ejercicios en la pizarra la verbalización, la explicación.
Proponemos en los exámenes una valoración progresiva de las explicaciones:
Un 5% en 1º y 2º de ESO.
Un 10% en 3º y 4º de ESO.
Un 20% en Bachillerato.
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